"Con solo un sabor de un paraíso envenenado, estoy subyugado a ti, ¿no lo ves? Eres de lo más tóxico, gelificando mi vicio, y aún así anhelo tu oscura y embrujada súplica."
¡Gentil gente, prestadme vuestros oídos! Hemos tomado cuarenta de las canciones pop más famosas de nuestra era y hemos vestido sus palabras con el rico terciopelo de la lengua de William Shakespeare. Los estribillos que una vez resonaron en cada carruaje y taberna ahora suenan como si hubieran sido escritos por el propio Bardo para el escenario del Globo. Vuestra búsqueda: perforar el velo yámbico y nombrar el himno moderno escondido bajo cada verso isabelino. Algunos los conoceréis al instante; otros os burlarán con astutos distractores. Cuarenta preguntas se interponen entre vosotros y la gloria inmortal. Sacad vuestra pluma, invocad vuestra memoria y que comience la prueba. ¡Al vencedor, la corona del pop y la poesía!
Un mero plebeyo en el pozo
¡Gentil gente, prestadme vuestros oídos! Hemos tomado cuarenta de las canciones pop más famosas de nuestra era y hemos vestido sus palabras con el rico terciopelo de la lengua de William Shakespeare. Los estribillos que una vez resonaron en cada carruaje y taberna ahora suenan como si hubieran sido escritos por el propio Bardo para el escenario del Globo. Vuestra búsqueda: perforar el velo yámbico y nombrar el himno moderno escondido bajo cada verso isabelino. Algunos los conoceréis al instante; otros os burlarán con astutos distractores. Cuarenta preguntas se interponen entre vosotros y la gloria inmortal. Sacad vuestra pluma, invocad vuestra memoria y que comience la prueba. ¡Al vencedor, la corona del pop y la poesía!
